Pese a que el frío aún no terminó de despedirse y el viento es moneda corriente por estos días en el sur provincial, nos metemos en la recta final de cara al verano y ello significa que volverán esas tarde-noches de calor que invitan a salir a disfrutar de nuestros espacios al aire libre.

Por eso es el momento justo de empezar a pensar cómo queremos que luzca nuestro patio, jardín y hasta el balcón, para que ese lugar que nos conecta con el exterior nos permita disfrutar largas horas de charlas y esparcimiento.

Una cena a la luz de las velas o un encuentro entre amigos en la galería, son excusas perfectas para empezar a planificar en qué contextos queremos llevarlas a cabo, y más aún, si tenemos pensado ser anfitriones en las fiestas de fin de años y nuestra celebración se va a llevar a cabo en los exteriores del hogar. Así que, manos a la obra y a empezar a pensar la mejor versión de nuestro espacio al aire libre.

La primera aproximación para conocer el estado real en el que se encuentra nuestro jardín será llevar a cabo una pormenorizada limpieza de los componentes.

Higienizar a fondo los pisos y el mobiliario de jardín en el que luego pasaremos largas horas nos permitirá analizar cómo se encuentran y decidir si merecen algo más que una buena limpieza para someterlos a un proceso de restauración.

Una buena barrida de las superficies transitables, la limpieza de las grietas o espacios intersticiales junto a la remoción de todo tipo de restos vegetales o tierra, será el primer paso para tener un diagnóstico de ese estado real.

Con los componentes “al desnudo” empezaremos a analizar cómo se encuentra cada uno. Las superficies despintadas u oxidadas, podrán someterse a un proceso de restauración para devolverle su impronta original y aquellos pisos de madera que luzcan deteriorados deberán ser nuevamente acondicionados a sabiendas de que nuevamente quedarán expuestos a las temperaturas extremas del verano.

Lo mismo con el mobiliario de jardín, que atravesó el crudo invierno casi sin uso, deberá ser revisado para resolver si demanda mantenimiento. Una buena estrategia para que la mesa y las sillas de exterior recuperen su magia es renovar el tapizado de los almohadones que sirven de complemento o bien de la tela de la sombrilla que muchas veces se incorpora en los horarios diurnos. Esto permitirá devolverle esa sensación de nuevo con telas y colores que sean tendencia por estos tiempos.

Decorar con luces y flores

Las flores de estación también aportan frescura a los espacios exteriores y elegir macetas divertidas servirá de recurso al momento de recrear nuestro espacio al aire libre. Y de más está decir que una buena iluminación contribuye a la creación de cálidos escenarios nocturnos y contribuyen a sectorizar los espacios abiertos para distintos usos. Caminos, lugares de encuentro y fondos, podrán recrearse con luminarias de distinta tecnología y funcionalidad.

Un espacio exterior puede lucir muy acogedor e invitar a ser epicentro de largas reuniones, pero todo ese anhelo se verá interrumpido si existen insectos, como por ejemplo mosquitos, que ganan protagonismo en el lugar.

Por eso pensar en utilizar técnicas y recursos que alejen a este tipo de insectos indeseados de nuestras reuniones garantizará que el disfrute del patio sea total. Recurrir al uso de velas o antorchas con citronella puede servir de alternativa al momento de espantar a los insectos. Los hay en una gran variedad de estilos y colores, que incluso podrán también contribuir a la estética general del jardín.

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