Los mejores puestos de mercado para comer en España

2022-10-27 11:03:23 By : Ms. Lin Li

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Entrar en un mercado y que se nos abra el apetito es algo inevitable. Es el espacio natural para comer los productos más frescos y rodeados del ambiente y ajetreo de los puestos y comerciantes.

Desde hace unos años, bares y restaurantes, algunos reseñados en prestigiosas guías gastronómicas, comparten pasillos con fruterías y carnicerías y hay mercados históricos, como el de San Miguel en Madrid, que se encuentra entre las visitas turísticas más buscadas por viajeros llegados de todo el mundo.

Recorremos algunos de los puestos y barras donde vas a disfrutar de la cocina de mercado, literalmente.

El Mercado de San Miguel, a un paso de la Plaza Mayor, fue el primer mercado de abastos que se convirtió en gourmet en 2009 y es uno de los grandes atractivos de Madrid: cada año pasan por allí más de 10 millones de visitantes. Su preciosa estructura de hierro acoge una treintena de puestos, de lo más variados. Puedes tomar uno de los arroces que el chef Rodrigo de la Calle cocina al momento en Paella Power, probar las croquetas de jamón de Madrí by Arzábal, las ostras de Sorlut, un cucurucho de calamares en El Señor Martín o alguno de los platos que prepara una de las últimas aperturas del mercado, Tatún, rendido al atún rojo de almadraba con recetas como el Tataki de lomo negro en costra de sésamo, con emulsión de leche de coco y mayonesa de sésamo. No faltan los quesos artesanos de Quesoba, ibéricos de Carrasco, encurtidos muy madrileños en La Hora del Vermú y bocados dulces, en Madreamiga.

En el barrio de Chueca, el mercado de San Antón ha renovado su imagen y su oferta gastronómica con grandes incorporaciones. En la primera planta está La Barra del Comercial, donde hay que probar algunas de las tapas míticas del Café Comercial como sus Bravas con alioli de vermú. Más tapeo castizo en La Taberna de La Ancha. Nino Redruello disfruta como un niño con este espacio que encierra el espíritu tabernario de La Estrecha que fundó su abuelo en 1919 y platos antológicos como sus tortillas con callos, almejas, pimientos...

Otra casa histórica de la hostelería madrileña es Hevia. Lleva hasta el Mercado de San Antón sus pinchos y raciones, algunos míticos que no puedes dejar de probar, como la ensaladilla de ahumados, sublime, el mejillón tigre o sus callos que acompañan a la familia Hevia desde hace casi 60 años en su restaurante de la calle Serrano.

Pero también hay sabores exóticos por descubrir en San Antón. Los creadores de Chuka Ramen han montado Chuka Sando y preparan tres versiones del sándwich japonés de moda: el katsu sando, el menchi (carne picada) sando y el tamago sando, de tortilla y huevos de Cobardes y Gallinas.

En este mercado comerciantes y cocineros conviven a las mil maravillas. Muchos no necesitan ni nevera porque llenan su despensa a diario del producto fresco de sus vecinos de puesto. Un lugar donde acudir si buscas los sabores más picantes (tienen hasta un reto 'mortal'), canallas y sorprendentes del sudeste asiático, es Kitchen 154, uno de los veteranos de Vallehermoso con sus costillas coreanas, los kayos malayos, las alitas sweet chili, el curry rojo de gambón... y la sensación de estar comiendo en las calles de Tailandia, tal cual.

Otra parada muy recomendable es en Craft 19, donde Craig Kolleger prepara el auténtico (y buenísimo) sándwich de pastrami. Como este neoyorkino no encontraba donde tomarlo en Madrid, lo tuvo que inventar y ahora triunfa en el mercado con una carta corta con los hits: un pulled pork, un grilled cheese y la estrella, el sándwich de pastrami.

Y en Batch Madrid encontrarás fermentos caseros, los kimchis, chucruts, salsas y vinos naturales, junto a una cocina de mercado sin pretensiones y con mucho respeto por la estacionalidad y el ritmo de la naturaleza. 

La cocina de autor también tiene su espacio en el Mercado de Vallehermoso. Una de las últimas incorporaciones es la de Fran Vicente, en Miga Cana, donde nos deleita con su cocina sin prisas, guisos al 'chup, chup' con los que quiere poner de moda la cuchara. Y lo está consiguiendo. En El 2 de Vallehermoso son Javier Lafuente y Javier García, 'los javis', quienes se recrean en una carta de 10 platos principales, pegados a la temporada y al producto fresco de sus vecinos de mercado, para dar de comer a los comensales que consiguen sitio en sus contadas cinco mesas.

En Tripea, el chef Roberto Martínez Foronda (en la imagen) anuncia lo que nos espera: come y flipa. Para ello conviene que reserves con tiempo (abre la lista el 1 de cada mes) para conseguir sitio en la mesa corrida para 20 comensales que van a degustar un menú de seis pases (y tres extras) donde se mezclan sabores de Perú (que el cocinero madrileño domina y le fascinan) y el Sudeste asiático. Un disfrute absoluto en manos de Roberto que sigue fiel a su proyecto de 'market food' aunque guías como la Michelin le señalen como claro aspirante a chef con estrella. Por cierto, deja que Claudia te prepare un auténtico pisco sour... del mismísimo Pisco.

La venta de productos frescos en los puestos de toda la vida convive desde hace más de una década con la comida multicultural (japonesa, italiana, mexicana, colombiana, taiwanesas, española… ) y el taconeo flamenco que llega de la planta alta, donde se encuentra la escuela de baile Amor de Dios. El mercado de Antón Martín sigue siendo el más castizo y sus restaurantes, 100% genuinos.

Yoka Kamada montó una izakaya (taberna japonesa) en el mercado de Antón Martín de Madrid hace más de 12 años, cuando nadie hablaba de los mercados gastronómicos. Empezó haciendo sushi en apenas dos metros cuadrados. Fue ganando fama y metros y ahora Yokaloka ocupa varios puestos en los que además de sushi se come uno de los mejores ramen de la ciudad.

Algo parecido ocurrió con la Fiaschetteria (cantina) La Saletta, regentada por italianos, donde van a comer italianos, y con producto hecho por ellos, que no ha dejado de ser aclamado como uno de los mejores italianos relación calidad-precio en la última década.

El Mercado de Antón Martín atrae a los cocineros y restaurantes más rompedores. Uno de los últimos en aterrizar entre las bancas, que es como llaman a los pequeños puestos con los que nació este mercado hace 80 años, es Samy Ali Rando, el chef que consiguió una estrella Michelin en La Candela Resto y ahora triunfa con su Doppelgänger en el mercado.

Otro lugar donde descubrir un gran cocinero es LaLópez. El bar del mercado donde Sergio Mayor despliega todas sus habilidades, aprendidas junto a Abraham García, en Viridiana, Don Lay, el Casino de Madrid o como chef personal del dj David Ghetta. Un lujo sentarse a la mesa para disfrutar de una cocina exquisita y delicada, con platos como el rodaballo en mantequilla negra, los raviolis de pintada con consomé al oloroso o los fabulosos callos.

Puede que el Mercado de La Boquería, en plena Rambla de Barcelona, sea uno de los mercados más conocidos en el mundo. El trasiego de turistas es constante, aunque, por suerte, mantiene su alma de mercado de abastos con más de 300 puestos donde se venden los mejores productos a diario. 

El bar mítico de La Boquería es Pinocho, también se puede comer en el Quim y El Kiosko Universal. Pero la joya gastro que esconde el mercado es Direkte Boquería, en la puerta trasera. Allí, Arnau Muñío, exjefe de cocina del Comerç24, montó hace unos años una barra, para ocho cubiertos, en dos turnos, con una propuesta gastronómica muy interesante... y sabrosa. Dos menús degustación (corto y largo), de cocina fusión asiático-catalana de calidad y elaboraciones sorprendentes.

El mercado más antiguo de Málaga tiene una estructura de hierro inspirada, como ocurría con muchos los mercados del siglo XIX, en el mercado de Les Halles de París. Es un lugar fantástico para salir de tapas. Además de para ir a comprar en sus puestos los pescados y mariscos más frescos. Son los mismos que llegan a las barras del Café-Bar Mercado Atarazanas, el primer bar que abrió en el mercado y su especialidad es el pescaíto frito.

En Casa Guirado, además del pescaíto, hay que probar las croquetas de arroz negro. La fritura y el marisco mandan también en El Cartuchito, Los Pueblos, que además sirve unas buenas raciones de pulpo, El Marisqueros, donde triunfan las gambas y las conchas finas, y Marisquería El Yerno, con tres puestos y fama de servir un producto excelente que ellos mismos se encargan de explicar que llega directo de las pescaderías del mercado: calamaritos, boquerones, coquinas, concha fina, cigalas...

El Mercado de Abastos de Santiago es el lugar más visitado tras la Catedral. Atrae a muchos turistas en busca de producto gallego y con ganas de probarlos en las tabernas y restaurantes.

La 5 es la nave del Mercado de Abastos dedicada a la restauración. En su interior, encontramos varios negocios con barras y mesas centrales con taburetes en las que consumir sus platos (en horario de 11.30 a 17 h). El mejor pulpo lo sirven en la Pulpería Abastos. Casa Millán está especializada en comida tradicional gallega hecha en casa.Taberna Abastos es un japonés con tapas y wok gourmet. En A Ostrería son expertos en productos del mar. Y en Mariscomanía, por un pequeño porcentaje del precio de la compra, te cocinan al momento los productos adquiridos en el mercado, para disfrutarlos frescos, frescos.

En el Abastos 2.0, la taberna gallega situada en las casetas de la parte exterior del recinto, puedes reservar mesa para probar su menú de tapas. Y al lado, en la Rúa das Ameas y la Praza de Santo Agostiño, encontrarás otros locales gastro como Lume, La Radio de Pepe Solla, A Lonxa do Mercado, O Ghalpón de Abastos, El Hispano, Café de Altamira... y muchos otros.

Nació en 2018 como moderno mercado gastronómico, junto a la Praza de Galicia y a medio camino entre en el Ensanche y el casco histórico de Santiago. Llama la atención el gran patio central, de más de 1.000 metros cuadrados, con mesas donde degustar algunas de las especialidades de las ocho cocinas que forman la oferta gastronómica.

Una propuesta centrada en Galicia, con productos gallegos de Denominación de Origen e Indicación Geográfica Protegida, desde patatas a quesos, pasando por vinos y carnes. Uno de los puestos está dedicado en exclusiva al pulpo a feira. Pero también vamos a encontrar cocina veggie, japonesa, pizzas…

El Mercado Central de Valencia es una visita imprescindible. Aquí se palpa toda la vida de la ciudad, el ajetreo en los puestos de comida no cesa y, además, puedes disfrutar del esmorzaret (el almuerzo de media mañana) en una de las mejores barras: la de Central Bar by Ricard Camarena.

Desde primera hora de la mañana hasta el cierre la verás siempre concurrida y sin parar de salir platos con los que se te hace la boca agua nada más verlos: la ensaladilla rusa, las croquetas de pollo rustido y esos bocadillos entre los que cuesta elegir: el Ricard Camarena, con lomo, cebolla, mostaza y queso; el Mary, con sepia y alioli; o el Canalla, con morcilla picante, revuelto y cebolla encurtida.

Si buscas algo para llevar, platos preparados para organizarte un picnic, tienes que ir a UNO. Y para tomar un café, entre compra y compra, Retrogusto. Los dos dentro del mecado.

Otro clásico del centro de Valencia que alberga algunos de los mejores restaurantes de la ciudad es el Mercado de Colón. Ricard Camarena tiene aquí Habitual y BarX. También está el japonés Momiji, con el chef Diego Laso trabajando magistralmente al otro lado de la barra de sushi, y los bocatas de autor con las cervezas artesanas de Las Cervezas del Mercado.

Mi Cub es una terraza muy cool y agradable a la que ir en familia, con amigos, con tu mascota, e incluso a trabajar. Tiene horario non stop, ricos desayunos con panes de masa madre, tomate del Perelló, jamón de Manglano y zumo de naranja reciendo exprimido. Y una carta amplia para comidas y cenas, con pescados que llegan directos de la pescadería gourmet, como el calamar a la plancha, ricas hamburguesas, carnes y verduras, como las alcachofas y los quesos del propio mercado.

El mercado de abastos más tradicional de Palma es el de Santa Catalina. Unos 50 puestos que se llenan sobre todo los sábados cuando hay costumbre de tomar el aperitivo en los bares de dentro después de comprar. Puedes incluso llevarte el pescado o la carne recién comprados al Bar Es Mercat, donde lo cocinarán por un coste mínimo, para que lo puedas degustar acompañándolo de un vaso de vino blanco frío.

Y el mercado gastro más moderno, que sigue la línea de los food hall, el Mercado 1930, que abrió en 2017. Cuenta con un interiorismo especialmente cuidado, se encuentra situado en pleno Paseo Marítimo (al lado de la mítica discoteca Tito’s), abre todos los días de la semana a las 12 del mediodía y los fines de semana, hasta las 2:30. La oferta gastronómica es muy variada: desde la cocina mallorquina y los pintxos vascos, al sushi japonés pasando por las ostras, el marisco fresco, los helados gourmet y la coctelería de lujo. 

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